El emethanol se ha convertido en un vector energético clave para el cumplimiento de las nuevas normativas europeas en los sectores marítimo, aeronáutico y en la transposición de la Directiva RED III. 

Su carácter renovable y su capacidad para reducir de forma significativa las emisiones de gases de efecto invernadero lo posicionan como una de las 

soluciones más viables para descarbonizar el transporte pesado. En aviación y transporte marítimo, donde la electrificación directa es limitada, el e-methanol permite alcanzar los objetivos obligatorios de reducción de carbono y el incremento progresivo de combustibles sostenibles exigidos por la UE. 

A su vez, la RED III establece umbrales estrictos de energía renovable en combustibles y procesos industriales, requisitos que el e-methanol cumple gracias a su origen renovable y a su certificabilidad bajo esquemas como RFNBO. 

De esta forma, se convierte en un pilar estratégico para avanzar hacia un transporte más limpio, competitivo y alineado con la transición energética europea.